Capítulo 45

—Querida, ¿por qué estás tan triste hoy? Preguntó Alejandro con preocupación. El rostro de María, lleno de amargura y resentimiento, finalmente se relajó un poco. —Alejandro, solo tú me entiendes y te preocupas por mí. —Mis padres solo piensan en el dinero. Cada vez que me ven, solo hablan de los problemas en los proyectos de la empresa. ¡Pero yo no entiendo nada de eso! No estudié para esto, ¿cómo esperan que lo sepa? —Y además...—María se mordió los labios, dudando en continuar. Alejandro se apresuró a preguntar:—¿Y además qué? —Mi papá dice que quiere llevarme al extranjero para cuidar del embarazo. No quiero dejarte, pero el doctor dice que si pierdo al bebé, no podré volver a quedar embarazada. —Alejandro, este podría ser nuestro único hijo. María acarició su vientre, apoyando su cabeza en el hombro de Alejandro. Ella no lo vio. Alejandro, a sus espaldas, esbozó una sonrisa desdeñosa. ¿Y qué si no puede tener más hijos? Hay muchas mujeres dispuestas a darle un