Capítulo 295

Las palabras de Carmen no eran ni demasiado suaves ni demasiado duras, pero su expresión seguía impregnada de una ligera frialdad, claramente insatisfecha, e incluso pensaba... Ximena era muy desconsiderada. A pesar de tener un estatus inferior en la jerarquía. En este círculo, ni siquiera parecía tener un mínimo de autoconsciencia. Ximena levantó la vista hacia ella. Su expresión también era naturalmente fría, sin hacer ningún gesto que suavizara la situación. —Eso no hace falta que lo mencione. Quizás, cuando la señorita Carmen llegue a ser señora Ruiz, podrá avisarnos a todos para que cambiemos el tratamiento. Carmen se ofuscó. Sentía que las palabras tranquilas de Ximena llevaban consigo un tono burlón. No podía evitar sentir que su reacción había sido demasiado grande y algo desmesurada. El jefe Ángel percibió todo. Parecía haber una atmósfera difícil de describir entre ellas. Sabía que Carmen era una mujer afortunada, que había regresado de estudiar en el extranjero, y ahora esta