Capítulo 299

Diego mantenía su mirada fría, y tal vez había algo en sus pensamientos que Ximena no lograba comprender, pero no mostró ninguna reacción. Su mirada era tranquila; no apartó la vista de manera deliberada ni la sostuvo más de lo necesario. Era muy sereno. Incluso después de haber captado toda la belleza frente a él. En realidad, Ximena casi nunca usaba este tipo de ropa. Probablemente él ya tenía alguna impresión de ello. Ximena estaba bastante sorprendida por la situación; pensó que, siendo tan tarde, lo más probable era que no habría nadie allí. Estuvo confundida por un par de segundos, pero luego reaccionó. De inmediato, tomó la toalla que tenía a un lado y se la envolvió alrededor del cuerpo. En su rostro no había rastro de vergüenza, solo una ligera incomodidad y algo de impaciencia. Casi da la vuelta para irse. Sin ganas de quedarse ni un segundo más. —Quédate. Detrás de ella, Diego habló con calma. Ximena se dio la vuelta; él ya se había levantado, y su tono era tranquilo: —Me vo