Capítulo 179
“Yo…”.
Sus ojos miraban con indiferencia; quería hacerle una pregunta, pero estaba bloqueada.
Zachary Schick entendió lo que quise decir. Con una escena nocturna extremadamente fría y sin compasión detrás de él, él dijo con simpleza, “Solo hay amor fraternal entre nosotros”.
Mientras lo escuchaba decir ‘Amor fraternal’. Realmente tenía miedo de que él tuviera sentimientos hacia mí. Al ver que repentinamente comencé a verme más pálida, Zachary Schick abandonó la habitación con un ceño fruncido de manera fuerte.
Pasé la mitad de un mes recuperando mi salud en el hospital de ciudad S. Durante ese periodo, el negocio de la familia Yale estaba siendo severamente afectado por el hecho de que no tuvieron éxitos al firmar el contrato con la familia Stone. Desde que Gene Connor fue enviada a la cárcel, el precio de las acciones había decaído un 3%. Sin embargo, por empatía, la familia Stone pagó cierta cantidad de dinero como penalidad por el incumplimiento del contrato.
Después de que la familia Stone incumpliera el contrato con la familia Yale, ellos fueron a firmar un contrato con la Corporación Shaw. De esa manera, la familia Yale le tuvo rencores a la familia Shaw, lo cual no me importaba en lo absoluto, ya que esa era mi meta.
Yo quería que la familia Yale supiera que estaba tomando acciones deliberadas en contra de ellos.
Cuando regresé a Ciudad Wu, de la Ciudad S, mi salud no estaba en su forma más óptima aún. La cicatriz en mi rostro era cada vez más visible, Henry Cook había buscado en privado a algunos doctores para que yo pudiera deshacerme de las cicatrices tan pronto recuperara mi salud.
Me había estado quedando en el apartamento luego de regresar a la Ciudad Wu. Algunas veces, me paraba detrás de la pared de vidrio y claramente veía a un alto y atractivo hombre de pie en la entrada del área de residencia.
Él solo me estaba cuidando; él nunca me molestó.
Me senté cerca de la pared de vidrio y lo miré, igual que en los viejos tiempo, hasta que se iba.
Después de un rato, comprendí su rutina. Él venía solo a mi área residencial todos los días cuando la noche caía; se quedaba por 30 minutos, y luego se iba. Él de seguro no sabía que ya lo había descubierto.
Así como así, me quedé en casa por más de un mes, hasta que Clifford Shaw me envió un mensaje.
“Caroline, la operación de Cinque fue todo un éxito”.
¿¡Qué!?
¿Cuándo Cinque se sometió a una operación?
Rápidamente llamó a Clifford, él no contestó.
Luego, llamé a su asistente, pero él dijo, “Yo tampoco sabía al respecto”.
No perdí el tiempo y me apresuré a ir al hospital, y allí me di cuenta que Elaine Stone estaba acostada en cama, con su rostro muy pálido. Ella volvió a ser la pequeña mujer sumisa frente a Clifford; llevaba puesto un vestido blanco de una sola pieza.
Ella se puso ese vestido justo después de la operación…
Al ver su rostro indiferente, hizo que mi corazón doliera. Temblaba cuando extendí mis brazos para tomar su mano. Clifford estaba sorprendido al ver cuán cercanas éramos, “¿Ustedes se conocen?”.
Le dije a Clifford con mis ojos rojos, “¡Espera afuera!”.
Él estaba más bien conmocionado, pero aun así se dio la vuelta y abandonó la sala.
Sostuve la mano de Elaine Stone fuertemente y le pregunté triste, “Pensé que no deseabas donar, ¿Por qué te comprometiste al final? Lo siento, es mi culpa. Cinque debía ser mi responsabilidad”.
Era la Corporación Shaw la que le debía a Cinque, y no tenía nada que ver ni con Clifford Shaw ni con Elaine Stone. Sin embargo, ahora ellos estaban compensándolo por mí.
La cara de Elaine estaba inusualmente pálida. Ella me miró con ojos vacíos, y con una voz débil, ella dijo, “Había decidido firmemente no donar, pero Cinque estaba en una situación terrible la noche de ayer, ¡él me encontró y se arrodilló ante mí! Muy en el fondo, lo sigo amando de cualquier forma, por lo que no podía evitar más que acceder”.
Con lágrimas tendidas en mi rostro, dije, “¿Pero eres feliz?”.
“Señorita Shaw, estoy desesperada”. Elaine Stone de repente sonrió y dijo, “Solo me queda un riñón”.
“Me disculpo, te ruego me perdones”.
La hubiera detenido si hubiera sabido.
El rostro de Elaine repentinamente se veía muy calmado, ella preguntó. “Señorita Shaw, ¿Podría transferirme a otro hospital?”.
Accedí inmediatamente. Justo cuando me levantaba para hacer los arreglos, pude escucharla decir entumecida, “Tengo tres meses de embarazo, Clifford lo sabía, pero él aun así se arrodilló para rogarme”.
Conmocionada, la miré. Su tono de voz era casi como un balbuceo triste. “Me temo que no seré capaz de tenerlo”.
La llamé en medio de su murmuró, “Elaine Stone…”.
“Caroline, creo que sería mejor odiarlo”.