Capítulo 48

Eduardo miró el reloj: llevaban esperando desde las diez hasta el mediodía; ya casi era hora de comer y aún no aparecía nadie. —Esta noticia la conseguimos por medio de contactos, no debería ser falsa. Yo también hablé con la gente de allá y les pedí que, si había algún cambio en el plan, nos avisaran de inmediato. Ahora que no hay noticias, debe de ser que el jefe Víctor aún no ha llegado. Eduardo observó el semblante sombrío de Melchor y añadió: —Tal vez se retrasó por algún asunto. No se altere, voy a volver a preguntar qué pasa. Sabores del Alma era un restaurante de alta categoría muy famoso en Monte Azul: excelente ambiente, precios nada económicos. Aun así, nunca tenía mesas vacías; normalmente, para poder venir aquí, había que reservar con al menos tres días de anticipación. A Melchor no le faltaba dinero, pero como recibió la información tarde, ahora ni siquiera podían entrar al restaurante; solo les quedaba esperar afuera. —Melchor, ¿no es esa Carolina? —Eduardo elevó de pron