Capítulo 51

Recibir una muestra de preocupación por parte de Juan hizo que, pese a su edad, Víctor se sintiera halagado y un tanto sorprendido. Aunque Juan era joven, su inteligencia superaba con creces la de la mayoría; en el mundo de los negocios, cualquiera que osara subestimarlo, aunque fuera un poco, acabaría sufriendo una derrota estrepitosa. Pero en el asunto ocurrido con Melchor, si Jacobo ya era capaz de solucionarlo, que Juan interviniera sería como usar un cañón para matar a una mosca, sin diferencia alguna. Víctor respondió con una sonrisa afable: —Es solo un socio de la empresa. Ya sabes que en los últimos años no me he ocupado de los asuntos de la compañía; no sé cómo logró dar conmigo aquí. El tema quedó cerrado con ligereza, y Carolina tampoco le dio mayor importancia; durante el resto de la comida, apenas volvió a abrir la boca. Juan y Víctor conversaban con naturalidad, mientras las manos de él no dejaban de acercarle platos a Carolina. Ella tenía las mejillas tan llenas que pare