Capítulo 1384

La comisura de los labios de Lorena se curvó levemente. Habían comprado otros dos terrenos nuevos para sepultura en ese lugar y construido tumbas simbólicas para sus padres, en las que solo enterraron sus ropas y sombreros. Sin embargo, las lápidas tardarían quince días en estar listas, por lo que tendrían que quedarse en Tavrión al menos medio mes. Pensaban que pasarían esos días con tranquilidad, pero unos días después, Antonio fue a buscar a Pedro y, en cuanto llegó, se arrodilló de inmediato. Él alzó ligeramente una ceja, más o menos intuía qué era lo que ella venía a preguntar, y soltó un leve suspiro. La cara de Antonio lucía sombrío, sus manos estaban apretadas con fuerza y mordía su labio. —Ya investigué a todas las familias influyentes del país, pero no pude encontrar a esa mujer. Sé que tú y Ramón guardan un secreto. ¿Podrías decirme algo al respecto? Pedro, te lo ruego. Al decir eso, miró a Lorena, con los ojos enrojecidos. —Lorena, tú deberías poder entenderme, ¿cierto? Si