Capítulo 1424

Verónica bajó la cabeza y pensó un momento antes de decir. —Ve a llamar al señor Pedro para que venga a cenar. Cuando terminemos, nos vamos juntos. Los ojos de César se iluminaron. —¿Estás dispuesta a irte? —Sí. Pero tendrás que encontrar la forma de llevarte mis vacas. No quiero venderlas. Me han alimentado durante muchos años. —No hay problema. Compraré una finca en Norteamérica y mandaré a alguien para que las lleve. También esas gallinas... Todas vendrán con nosotros. Verónica sonrió, asintiendo levemente. Al ver que entre ellos todo se había resuelto, Pedro también le hizo una promesa. —En Zalvia hay una reina, pero no puede cumplir con nuestras condiciones. Lo que necesitamos es que tu padre dé la cara. Traerte de vuelta es parte de eso. Pero, no te preocupes, no estarás atada a los asuntos familiares. Si tú quieres, puedes vivir en cualquier parte del mundo. César le tomó la mano: —¿Dónde quieres vivir? —A donde tú vayas, yo iré. César se quedó sin palabras por un instante. Abri