Capítulo 1427

La chica llegó a su lado casi al instante, tomó el cuchillo y el arma; miró hacia el exterior. Habían cruzado la línea de la cresta, pues los perseguidores eran demasiados. En un principio, ambos podían enfrentarlos, pero en cierto momento, ese grupo empezó a mostrarse muy precavido, incluso, con esos dos niños, así que los ataques por sorpresa ya no eran una opción. Estaban huyendo por sus vidas. La chica fue la primera en salir corriendo, pero ese ruido, de hace un momento, había desaparecido. Una expresión de duda cruzó por sus ojos y, antes de que pudiera reaccionar, una bala le rozó la cara. En un instante, regresó junto a Sebastián, lo agarró y corrió hacia el exterior. Era ese grupo que los había alcanzado. Sebastián miró el terreno a su alrededor, pensó en algo y señaló hacia un río cercano. Ambos tenían cuerpos muy pequeños. Se aferraron a un tronco y dejaron que la corriente los arrastrara río abajo. Nadie sabía dónde terminarían. Los ojos de Sebastián permanecían fríos, pare