Capítulo 1433

Desde el sótano se escuchaba el sonido de un látigo. Aunque era muy tenue, a él le resultaba incómodo. Al pasar por el pasillo, vio a la niña colgada. Su cuerpo entero ya no tenía ni un solo pedazo de piel intacto; parecía muerta. Los dos verdugos que aún estaban en acción no esperaban la entrada de un extraño y, mucho menos, que fuera otro niño aún más pequeño. Nadie tuvo tiempo de reaccionar. Cuando estaban por preguntar quién era, Sebastián sacó su pistola y los abatió a ambos. Tomó un cuchillo que estaba al lado y fue a cortar las cuerdas que ataban a la niña. La pequeña estaba llena de confusión, apenas le quedaba un hilo de vida. Miró a Sebastián y luego se desmayó. Sebastián la colocó sobre el lomo de Titán y, al salir del sótano, cuando estaba por marcharse, escuchó el sonido de un auto afuera de la villa. Esa villa no era muy grande, parecía una casa familiar común, nadie imaginaría que en su interior hubiera una sala diseñada para castigar. Después de que se detuvo el auto, v