Capítulo 1477

Alejandro se recostó hacia atrás y al mencionar a Rubén, empezó a reírse. —Justo te iba a contar. Esta mañana se cayó y, con eso, recuperó la memoria. Salió corriendo a ver a Esther, con miedo de que ella se le hubiera vuelto a escapar. No se tranquilizó hasta ver que ya tenía la barriga bastante grande. Me llamó por teléfono durante una hora. No sabes lo orgulloso que estaba. Después de todo, su hijo nacería en unos meses. Estaba a punto de convertirse en padre, y eso sí que era motivo de orgullo. Una sonrisa también cruzó por Pedro. Le bastaba con saber que todos estaban bien. Alejandro guardó silencio unos segundos. Tenía muchas ganas de preguntar por Salvador. Se conocían desde hacía tantos años que, si hubiera muerto, sin duda se habría sentido muy triste por un tiempo. Pero el error que Salvador había cometido era demasiado grande y perdonarlo no era una opción. Al final, no preguntó nada, pero Pedro era demasiado perspicaz, con solo notar sus ganas de hablar y el silencio conten