Capítulo 217

Lorena no tuvo más remedio que correr a casa. Primero encontró a la empleada que regaba el jardín en la villa, le dio unas instrucciones rápidas y se marchó apresurada. En el camino, le envió varios mensajes a Ignacio, pero no recibió respuesta alguna. Él siempre solía responder casi al instante. En casa, Lorena no lograba encontrar tranquilidad. Pensó en salir e ir al gran rancho de apuestas a probar suerte, pero justo al salir, se topó con Andrea. Andrea estaba especialmente arreglada, con su cabello largo en ondas sueltas cayendo con desenfado y un vestido negro ceñido que realzaba su figura de manera deslumbrante. Los ojos de Lorena brillaron por un instante mientras presionaba el botón del ascensor. Ambas bajaron juntas al estacionamiento. —¿Señorita Andrea, va usted de cita? Andrea se acomodó un mechón de su melena color burdeos. —Voy a divertirme, ¿quieres venir? —¿Adónde? —A la Hacienda Santa Lucía. Justamente ese era el rancho al que Lorena había ido la vez pasada. Recordaba h