Capítulo 242

—Por supuesto que eres guapo, ¿acaso no es obvio? Si dejaras que los medios escribieran libremente sobre ti, ni te imaginas cómo te alabarían. Pero claro, fuiste tú quien desde hace tiempo dejó claro que no se permitía a la prensa informar sobre tus asuntos. Rubén, que siempre había sido torpe en cuestiones amorosas, entrecerró los ojos tras decir esto. —Pedro, cuando un hombre empieza a preocuparse por su aspecto, significa que últimamente le gusta alguien. No me digas que tú... —No. Pedro bajó la mirada hacia la bebida sobre la mesa y extendió la mano para tomarla. Rubén apartó la copa de inmediato. —Ese licor tiene una graduación altísima, mejor no lo tomes. Deberías cuidar tu estómago; escuché que Don Iván te advirtió hace unos días. En estos tiempos, más vale prevenir. Si de verdad quieres beber, que sea algo de bajo contenido alcohólico. Y no se sabía si fue mera coincidencia, pero justo la botella que Pedro estaba por tomar era la misma que Lorena había probado antes. Rubén pens