Capítulo 450

Lorena no dijo nada. La última vez le había pedido a Manuel que la ayudara a deshacerse del cadáver, pero Liliana no era alguien que pudiera desaparecer así como así. Aunque no era bienvenida en la familia Castro, también se había dejado ver ante mucha gente. Si llegaba a desaparecer, la familia Castro lo investigaría de inmediato. Lorena solo sentía que era un problema; tenía la sensación de que todo esto era como una gran red, como si alguien estuviera moviendo los hilos detrás de todo. El tono de Arturo se volvió sumamente cauteloso. —Lorena, de verdad que no fui yo. Ella estaba a punto de decirle unas palabras para tranquilizarlo, pero de repente se escucharon sirenas a su alrededor. Varias patrullas se detuvieron junto a ellos y, sin más, le pusieron esposas plateadas en las muñecas. Todo el proceso no duró ni cinco minutos. Quiso decirle un par de cosas a Arturo, pero los policías, de forma tajante, se la llevaron. Arturo se quedó parado, viendo cómo también se llevaban el cadáve