Capítulo 455

Después de dejar a Carmelo en su casa, Lorena llamó a Ignacio, pero él no contestó. Le preocupaba que estuviera enfermo de nuevo y solo en casa, así que le mandó varios mensajes seguidos. Antes, Ignacio siempre le respondía al instante, pero esta vez pasó media hora antes de que recibiera siquiera una respuesta. [Ocupado, tengo un asunto]. Lorena enseguida volvió a llamarlo; él contestó, pero su voz sonaba algo extraña. —Ignacio, ¿estás enfermo otra vez? —No, últimamente aquí en Hacienda Santa Lucía estamos muy ocupados. Ella no conocía esa hacienda; pensaba que era un lugar parecido a una empresa, que también daba vacaciones a los empleados. Respiró hondo; para entonces, el auto ya estaba aparcado frente al supermercado. —Entonces, ¿mañana por la noche cenarás conmigo? No sé si tengas tiempo. Del otro lado hubo unos segundos de silencio, hasta que él suspiró y respondió: —Ya veremos, de verdad estoy muy ocupado. En los ojos de Lorena apareció un destello de desilusión; como Juan ya te