Capítulo 465

Él no supo, hasta que entró en esa habitación, que en realidad el lugar donde vivía Sara era un baño; dentro ni siquiera podía estirar las piernas, y en ese momento las mantas y todo lo demás ya habían sido arrojados fuera por sus padres, quedando solo un pequeño somier. Junto a la ventana más alta había una fila de sus pertenencias. Si no fuera porque sus padres no eran lo suficientemente altos, probablemente esa fila de cosas también habría terminado en la calle. La pareja, al ver a Juan corriendo de un lado a otro en la habitación, se puso nerviosa de inmediato y enseguida agarró la escoba que tenían cerca para lanzarse contra él. —¿¡Quién eres tú!? ¡Sal de nuestra casa ahora mismo! ¿Acaso esa mala mujer te ha pagado para que vengas a hacernos daño? ¡Lárgate! ¡Fuera de aquí! —Esa mala mujer seguro que ya se asustó de tanto que la hemos golpeado y por eso no se atreve a volver. Je, ¿crees que te tenemos miedo? ¡A ti también te podemos pegar! El estado de Juan en ese momento no era no