Capítulo 522

Rubén caminó hacia allí, aprovechando para pedirle al camarero que trajera unas botellas de buen vino. Pero antes de acercarse, vio a varios hombres intercambiar miradas y dirigirse hacia Rosario. Claramente, no era el único interesado en ella. Puso mala cara. Rosario realmente era llamativa, y además había venido sola al bar, ¿no era eso una invitación para que algún hombre la invitara a algo? Recordando el momento en que se conocieron, Rubén se sintió incómodo. En ese entonces, ambos se gustaban y terminaron en la cama de inmediato; con el tiempo, las veces que estuvieron juntos aumentaron, y ambos estaban bastante satisfechos. Ahora, ella ya no quería a Rubén como su compañero de cama, y probablemente había ido a buscar uno nuevo. Rubén arrugó la frente. No fue directamente hacia ella, se quedó observando a lo lejos. Los hombres, confiados en sí mismos, se sentaron junto a Rosario, como pavos reales desplegando sus plumas. —Chica, ¿estás sola? ¿Te gustaría que te invite una copa? Ro