Capítulo 803

En realidad, Lorena tampoco sabía si comprendía o no a Pedro; la forma en que él la quería era tan apasionada como incomprensible. No lograba recordar cómo exactamente había empezado a gustarle en un principio. De nuevo comenzó a dolerle la cabeza, y sus pupilas se contrajeron bruscamente, porque en la pared de aquella casa tan precaria vio unas letras grabadas tiempo atrás. Era una escritura tosca: Valentín. El trazo parecía tener varios años, era torcido y desordenado. Seguramente lo había hecho ella; en aquel entonces no veía bien y lo había tallado casi al azar, de modo que ahora apenas podía reconocerlo con dificultad. Inspiró hondo; en el fondo, siempre había sentido curiosidad por saber quién era ese tal Valentín. Desde hacía tiempo sabía que existía alguien con ese nombre, pero tanto si preguntaba a Juan como a Yago, ninguno sabía nada. A veces llegaba a dudar de si realmente existía esa persona. Pero aquella marca le confirmaba ahora que, efectivamente, ese hombre había aparec