Capítulo 14

Nuria, aparentando lealtad al decir que acompañaría a Valeria a retirarse, en realidad lo hacía por miedo a que Alonso descargara su enojo contra ella. Así fue como ambas se marcharon, derrotadas, de la casa de los Ruiz. En el rincón solo quedaron Regina y Alonso. La atmósfera adquirió un ambiente agradable. Regina levantó el regalo que llevaba en la mano y, con iniciativa, dijo: —Señor Alonso, este es un obsequio de mi madre y mío. Feliz cumpleaños. Y también gracias por la valiosa ayuda a mi padre. Era la primera vez que lo veía, y Regina pensó que debía mostrarse educada y cortés. No obstante, esa cortesía, ante los ojos de Alonso, resultaba demasiado formal. Y a él no le agradaba. Al percibir el repentino cambio en el rostro de Alonso, Regina se cuestionó de inmediato si había dicho algo inapropiado. Ese era un hábito que había adquirido durante su estancia en la casa de los Suárez. Sofía, viuda desde joven, era una mujer muy sensible. En la casa de los Suárez, si Regina decía algo