Capítulo 96

Regina soltó un gruñido feroz, sin ganas de discutir con ellos. —Si quieres comer, mejor habla menos. En la cocina, Elena estaba tan atareada trabajando; Regina la ayudaba con esmero y no se dio cuenta de los mensajes en el celular. Eran de Alonso. La boda sería al día siguiente, y el vestido de novia acababa de llegar en un vuelo directo desde Italia. Alonso temía que no le quedara bien y por lo tanto, quería que Regina se lo probara. Al no recibir respuesta alguna de ella, Alonso decidió por su cuenta pasar primero por la casa de los Gómez. En la cocina, Elena sudaba a chorros por el arduo trajín, y Regina, al verla, sintió una profunda lástima. —Mamá, todos entendemos lo que significa que esa gente venga a la casa de los Gómez, ¿por qué molestarse en atenderlos? Elena se secó como puedo el sudor de la frente y consoló a Regina con paciencia. —Al fin y al cabo, son personas que tienen lazos de sangre con tu papá. Tu papá está dispuesto a no tratar con ellos por nosotros, pero también