Capítulo 88 Calumniar al doctor Tomás

Rocío no dudó ni un segundo de las palabras del doctor Tomás. Apresurada tomó el Elixir de la Vida Eterna que tenía en la mano y se lo dio a Daniel. Apenas el Elixir de la Vida Eterna llegó a su estómago, Daniel despertó. Eso hizo que Rocío se llenara de júbilo y, le preguntó conmovida: —Papá, ¿estás bien? —¡Estoy bien! ¡Muy bien! ¡Me siento lleno de energía! Oye, por cierto ¿qué clase de medicina me diste hace un momento? ¡Después de tomarla, fue como si hubiese ingerido un remedio milagroso! ¡Siento que todo mi cuerpo ha renacido! ¡Siento que rejuvenecí veinte años! —Fue el Elixir de la Vida Eterna que me dio el doctor Tomás. ¿No era una medicina milagrosa? —¿Doctor Tomás? ¿Cuál doctor Tomás? —¡El mejor médico de la Región del Cristal, Tomás! —¿Y dónde está ahora ese doctor Tomás? ¡Debo agradecerle como es debido! —Ya se ha ido. Un maestro como él, tan extraordinario, siempre aparece con misterio e imprevisibilidad. Rocío no le mencionó a Daniel que, dentro de siete días, tendría que