Capítulo 99 Morirás repentinamente

Las pequeñas intenciones de Rocío no podían pasar desapercibidas para alguien tan astuto como ese tal Tomás. Se acarició malicioso la barba blanca y respondió con calma: —Si tu padre hubiera sido víctima de un hechizo, no solo podría detectarlo, sino también podría romperlo. Ese campesino vulgar no está del todo equivocado: efectivamente, soy también un hechicero. Después de todo, ejercer la medicina en la Región del Cristal sin aprender magia era algo imposible. Sin embargo, aunque sé de magia, solo la uso para romper maldiciones y salvar vidas, ¡jamás para dañar a nadie! Las palabras de Tomás fueron firmes y seguras llenas de un aparente sentido de la justicia. En unas pocas frases, no solo reconoció que dominaba la magia, sino que además consolidó su imagen de sabio virtuoso e inquebrantable. —El doctor Tomás dijo que si mi papá estuviera bajo un hechizo, no solo podría detectarlo, sino además curarlo. Pero hace un momento, el doctor Tomás ya lo trató... Entonces, debería saber muy