Capítulo 10

—¡Ana! ¿Qué estás haciendo? Marcos miraba incrédulo a una Ana presa del pánico. Al marcharse, el médico le había advertido que en la sangre de Hugo se habían detectado somníferos, además de una grave anomalía en las ondas cerebrales. A un lado, la niñera, temblando, dijo que la señora Cordero le había dado somníferos al niño. Él no quiso creerlo, pero regresó para aclararlo y, para su sorpresa, se encontró esa escena. —¡Hugo todavía es un niño! ¿Quieres matarlo? Ana estaba pálida y sus explicaciones eran débiles y vacías. Marcos señaló las marcas en el cuello. —Si no hubiera venido, ¿ya estaría muerto? —Solo tuve un episodio. Tú sabes que desde aquel secuestro sufro depresión. Y ahora, con Patricia apareciendo junto a Hugo, tengo miedo de perderte... —Lloraba con tanta tristeza que a Marcos le dolía el corazón. —Si estás enferma, tomas tus medicamentos o vas al médico; ¿pero descargar tu mano contra Hugo? ¿Cómo quieres que te perdone? Él lanzó el informe de análisis de sangre a su lado