Capítulo 171

A quién se le ocurre tener una cita en una iglesia. Patricia de repente recordó que ni siquiera había escalado montañas con Álvaro; la mayor parte del tiempo que pasaban juntos era por la noche, en la habitación, y raramente se veían en otros momentos. Ni siquiera habían hecho muchas de las cosas más básicas que hacen las parejas. Miró a Ignacio y asintió: —Está bien. Ignacio, captando la ternura en sus ojos, las pestañas curvas, los labios rojos y suaves, se sintió profundamente conmovido y le acarició la cabeza. Luego se recostó en el respaldo de la silla, colocando una mano sobre la silla detrás de ella en un gesto que afirmaba su protección, —A donde quieras ir, yo te acompañaré. —¿A cualquier lugar? —Sí, a cualquier lugar, haré lo que sea necesario para estar contigo. —Hablas como si quisiera ir al infierno o algo por el estilo, no hace falta ir tan lejos. Ella no pudo evitar hacerle un comentario sarcástico. Ignacio respondió con una sonrisa: —No deberías hablar así, no está bien