Capítulo 33

Julia se metió bajo las sábanas, dejando ver solo la mitad de su rostro. Sus ojos aún estaban hinchados de tanto llorar la noche anterior. Cuando la encontraron, estaba en la playa, completamente empapada, convertida en un mar de lágrimas. Después de ser traída de vuelta, su estado de ánimo era terrible; no quería ver a nadie, excepto a Álvaro. Álvaro no era de los que sabían consolar, pero al verlo, Julia dejó de llorar. Aunque seguía muy dolida y no hablaba, solo hasta hace poco comenzó a sentirse un poco mejor. Al ver que ella se negaba rotundamente a comer, Álvaro dejó el plato a un lado y dijo: —Si no comes, te sentirás mal y terminaremos en el hospital, y entonces ya no será tu decisión. Los ojos de Julia se aguaron nuevamente, y empezó a llorar con voz quebrada: —Me siento muy mal por dentro. —Álvaro, ella está embarazada. ¿Vas a volver con ella? Álvaro la miró y le preguntó: —¿Cómo lo sabes? Julia respondió: —Ella me buscó y me lo dijo. —¿Ella te buscó? —Álvaro