Capítulo 434

—Ya lo sabía. —Luisa se dirigió hacia su auto McLaren. Al ver el carro, una sonrisa de satisfacción se dibujó en los labios de él. Ese coche era el que le había regalado a Luisa el año pasado. En ese entonces, después de que rompiera con Luisita, le había dicho muchas palabras hirientes. Sabía que, si él le entregaba el carro en persona, Luisita no lo aceptaría. Así que tuvo que pedirle a Sergio que lo hiciera por él. Hasta ahora, Luisa aún no sabía que ese coche se lo había regalado él. Desde que Rosa había llegado al lado de Luisa, ella iba a todas partes acompañada. Rosa no solo era la guardaespaldas personal de Luisa, sino también su conductora personal. Cuando llegó frente al auto, Andrés vio a Rosa en el asiento del conductor. La sonrisa en sus labios desapareció. Ese McLaren solo tenía dos asientos: Rosa conducía, Luisa iba de copiloto, ¿y él? Luisa miró hacia atrás y le sonrió. —Lo siento, jefe, no hay sitio. Me adelanto. Mientras hablaba, Luisa estaba a punto de subir. —Yo con