Capítulo 20 Gran final

Varios años más tarde, Eduardo y yo celebramos nuestra boda en la Isla del Sol. Solo invité a los amigos más cercanos y familiares. Ante los ojos de todos, al final me casé con el amor y la felicidad. Aquí estaban la playa, el sol y el mar, y mi corazón y mi vista estaban por completo llenos de mi esposo. Cuando él tomó mi mano y caminamos hacia el sacerdote, me recibieron flores y aplausos. Todavía era tan tímido, tan serio por fuera, pero sus orejas ya estaban tan rojas como un atardecer. En la ceremonia, mi papá también lloró como Magdalena. Sintió que al final había salido de la sombra de Jaime. En el avión de regreso a casa, vi una noticia de interés social. Una novia que iba a casarse fue abandonada por su novio de muchos años después de sufrir graves quemaduras en un incendio. Al ver su piel quemada en la cámara, no pude evitar sentir una profunda empatía. En mi vida anterior, Jaime nunca planeó una boda para mí. Nunca me dejó conocer a sus familiares. Él, como Berta, pensaba qu