Capítulo 155

El niño observó a su alrededor y le hizo una mueca a Stella, quien encontró diversión en ello. Ella lo abrazó durante un buen rato antes de dirigirlo hacia Emily y tomar su maleta. De vez en cuando, su hijo mostraba este tipo de comportamiento. Sin duda, su notable sensatez provocaba en ella una creciente angustia. A pesar de que Emily deseaba llevarlos al aeropuerto, Stella se negó. Ella posó su mirada en el rostro de su amiga y, con lágrimas en los ojos, susurró: "Emily, no sé cómo agradecerte". En los últimos años, Emily se había ocupado de cuidar a Adrian. "¡Oye, ni que fuera una desconocida! No necesitas darme las gracias. Eso es lo que hacen las mejores amigas. Súbete al auto. Cuando llegues a Francia, asegúrate de llamarme y decirme que están a salvo". Emily sonrió mientras abrazaba a Stella, luego abrió la puerta del automóvil y la ayudó a entrar empujándola suavemente.  Durante el camino, Stella era un manojo de nervios. Su angustia aumentaba a medida que se acercaban más a su