Capítulo 22

Leonardo fue tomado por sorpresa, retrocedió tambaleándose varios pasos y una fina línea de sangre apareció en la comisura de sus labios. —¡Aléjate de ella! —Joaquín se interpuso frente a Elisa, su mirada era tan afilada como un cuchillo y en su voz no había el menor disimulo de advertencia—. Si la vuelves a tocar, llamaré a la policía de inmediato. Leonardo se limpió la sangre de la comisura de los labios con la mano y miró a Joaquín con una mirada sombría, que luego se posó en Elisa. Ella seguía mostrando una expresión serena, como si todo lo ocurrido no tuviera nada que ver con ella. —Así que es esto... —Leonardo soltó una risa fría, en sus ojos se agitaban emociones complejas—. ¿Te alejaste de mí por él? Elisa se puso de pie, sacudió el polvo inexistente de su vestido y respondió con voz indiferente: —Leonardo, ¿de verdad te crees tan importante? —Yo nunca me fui de tu lado por culpa de nadie. Las pupilas de Leonardo se contrajeron bruscamente; sintió como si un martillo le golpear