Capítulo 346

En el hotel. Fletcher y Margaret caminaron hasta la puerta, tomados de la mano, y Margaret la abrió con sus huellas digitales. Todavía era temprano, así que se volvió hacia el hombre y le preguntó: "¿Te apetecería entrar y sentarte un rato?" "¿Eso quieres?", preguntó Fletcher con una sonrisa estampada en el rostro. Una capa de vergüenza parecía velar los ojos de Margaret. Bajo la luz cristalina, él lucía atractivo y deslumbrante. "¿Quieres pasar?", lo invitó Margaret, haciendo un puchero con su pequeña boca. ¿Acaso no era el hombre quien debía tomar la iniciativa de entrar? Fletcher aceptó y entró con sus esbeltas piernas. La chica cerró la puerta y le preguntó en tono cortés: "¿Te apetecería beber algo?" "Solo agua, gracias", repuso. Luego, caminó hacia la ventana, y desde allí contempló los rascacielos y una miríada de parpadeantes luces de neón. Aquella ciudad nunca dormía. Margaret tomó una botella de agua, caminó hacia él y se la entregó. Él la destapó y se la devolvió con cuidado