Capítulo 10

—Papá, mamá, ¿por qué se están uniendo a este desorden? —Yo no me voy a divorciar de Isabela. Trato bien a Patricia sólo por Rodrigo; entre nosotros no hay nada romántico. La idea descabellada de sus padres dejó a Emiliano atónito. Acababa de dormir dos horas y sus padres ya venían a emparejarlo con Patricia. ¿Acaso además del bebé perdido había pasado algo peor? Rápido marcó a sus subordinados. Le informaron que otro grupo también buscaba al niño. Y que ese segundo grupo había encontrado al bebé antes que ellos y lo había sacado de Puerto Esmeralda. —¿Cómo están manejando esto? ¿Cómo no me avisaron de algo tan serio? Uno de sus hombres titubeó y dijo al fin: —Llamé, pero Patricia dijo que usted estaba durmiendo y nos pidió que no lo molestáramos. Emiliano miró a Patricia, con cara de inocencia, a su lado, y de pronto tuvo la sensación de que algo se le había escapado. Se dio cuenta de repente. Desde que secuestraron a ambas, Patricia no había mostrado ninguna inquietud por la desapari