Capítulo 1073

Después de todo, Julian y Cecilia tenían un compromiso. Un hombre como él, perfecto en apariencia, inteligencia y físico, no debería tener problemas para volver a enamorar a Cecilia si quisiera. - En el campo hacía frío. La casa de Albert no tenía calefacción central. La única forma de que Cecilia se mantuviera caliente era la estufa que tenía delante, que podía tanto cocinar como dar calor. Cecilia se frotó la nariz y no pudo controlar un estornudo. "¿Qué está pasando?", murmuró para ella misma. "¿Alguien me está insultando?". Sus estornudos parecían tener vida propia, escapando constantemente de su boca. Le picaba mucho la nariz y se sentía muy incómoda. Albert ya adivinó que Cecilia no era de una familia normal. La mimaron desde pequeña y su delicada constitución era evidente. Rápidamente le trajo una manta. "Envuélvete con esto. Aquí hace mucho frío". Luego le preguntó, "¿Por qué no ha vuelto el señor Fulcher a buscarte?". Pasaron dos o tres días desde que Julian se fue.