Capítulo 486

El agua también se llevó los últimos restos de esperanza en el corazón de Diana. Ella recordaba que ese día de lluvia se sintió profundamente intranquila. Ahora sabía que no era porque les pasara algo a sus padres o a Oliver, sino aquí... Eran sus dos preciosos bebés a los que había pasado por alto. Ella no podía perdonarse. Tampoco podía olvidar este asunto. A trompicones, con la urna vacía en los brazos y las huellas dactilares manchadas de sangre en la cara, se dirigió a la oficina del cementerio. No supo cuándo se le cayeron los zapatos. Sin embargo, ya no los llevaba cuando llegó a la sala de monitorización. Pero no sintió dolor. No lloró ni hizo un escándalo, y simplemente pidió con calma, "Quiero ver la grabación de vigilancia". Ya que ella fue quien eligió este cementerio y ocurrió algo tan terrible, necesitaba averiguar quién estaba detrás. De lo contrario, ya no sabría cómo enfrentarse a sus bebés. Incluso recitar sus nombres en silencio en su corazón ahora se sent