Capítulo 49

Lucía estaba muy contenta; aunque no tenía hija, su nuera llenaba ese vacío. Luego eligió dos conjuntos más, ¡de veras fue un gran hallazgo! Sara se miró en el espejo; aunque también llevaba ropa de lujo, en comparación con Lucía, parecía una recién rica. Su porte era, sencillamente, vulgar. Especialmente los dos conjuntos que Carmen había escogido: llenos de colores llamativos, daban dolor de cabeza solo de mirarlos. De paso, Sara empezó a sentir cierta antipatía hacia Carmen. Al ver la expresión sombría de Sara, Carmen tampoco se atrevió a hablar. En su mente pensó que aquella anciana era realmente difícil de complacer. Pero al pensar en Alejandro, finalmente Carmen se contuvo. Al ver a Lucía y María irse contentas, Sara se enfureció. Esa María realmente sabía cómo ponerla de mal humor. Ni siquiera sabía cómo había logrado que Lucía estuviera tan feliz. Sara se dio la vuelta, tiró la ropa que tenía en las manos sobre la estantería y se marchó airada. Carmen no se atrevió a decir nada