Capítulo 27

Robin sobrevivió, pero tenía la columna destrozada y estaba inválido de la cintura para abajo. Todos se quedaron boquiabiertos mientras él permanecía clavado en la pared, temeroso de hacer ruido. Frank se limitó a recoger sus ingredientes médicos y se dio la vuelta para irse, sin que ningún matón de Robin se atreviera a impedírselo. Helen lo observó mientras se marchaba y de repente gritó: "Frank...". Frank no miró atrás en ningún momento. Rubio se quedó mirando a Robin a su vez, sin saber qué hacer. Parecía que tenían que llamar a Leo Grayson... "¡Solo espera! Nuestro jefe los destruirá a todos". Gruñó Rubio y se alejó a toda prisa con sus compañeros matones que seguían en pie. Gina casi se desmaya en ese momento, después de haber oído hablar del salvajismo de Leo: hubo una vez un matón que se metió con su chica, y Leo lo cortó en pedazos en el acto y se lo dio de comer a los peces. ¡¿Qué se supone que harían si un asesino a sangre fría como ellos viniera a por su familia?!