Capítulo 266

Me quedé atónito. No esperaba que Adrián fuera tan directo. Y, una vez más, confirmé que no solo es rígido, sino también muy directo. Mientras mi corazón se aceleraba, mi cerebro no podía seguir el ritmo de mi boca y pregunté: —¿Por qué no te vas? Adrián tragó saliva y respondió: —No quiero separarme de ti. Esa razón es válida. Las personas enamoradas siempre quieren estar juntas, como si necesitaran estar unidas las veinticuatro horas del día, como si fueran siameses. —No soy alguien que se rinde fácilmente. —dije de repente. La expresión de Adrián se tensó y sus orejas se pusieron rojas rápidamente. Esa manera de enrojecer no parecía coincidir con su usual franqueza. Pero así era él. —No lo decía en ese sentido, solo quiero... quedarme a tu lado. —explicó Adrián. Fruncí los labios, observándolo mientras surgía en mí el deseo de burlarme de él: —¿Quieres decir que te quedarás solo para estar conmigo, dormiremos juntos, pero solo para charlar bajo la manta? Adrián carraspeó suavemente: