Capítulo 215

Braulio resopló fríamente:—¿Estás ciego? ¿Acaso piensas que necesito dinero? Solo estoy recuperando lo que es mío. En vista de que has sido sincero, voy a ver qué enfermedad tiene tu padre. Zahir se levantó emocionado y lo guió hacia adelante:—Braulio, médico milagroso, por aquí, por favor. De verdad le agradezco mucho. En nombre de toda mi familia, le doy las gracias. Braulio respondió con indiferencia:—Entremos de una vez, mi tiempo es muy valioso. Zahir aceleró el paso. Salomón, quien estaba de mal humor, alzó la vista y vio que su hijo había regresado, además de traer a alguien con él. Su rostro se ensombreció. La autoridad que imponía desde su posición se manifestó, y le reprendió fríamente:—¿No te dije que despacharas a esa persona? ¿Por qué lo has traído aquí? Zahir apenas había comenzado a arrodillarse para disculparse y ya le había rogado a Braulio, el médico milagroso, que se quedara, cuando escuchó a su padre decir eso. Se apresuró a explicar:—¡Él es Braulio,