Capítulo 223

Mónica luchó un poco, tratando de retirar su mano, pero esa gran mano era como una pinza de hierro. No pudo moverla ni un milímetro; la fuerza era realmente increíble. En un abrir y cerrar de ojos, fue arrastrada al interior del coche, presionada contra el asiento. Sintió el cuerpo fuerte de Braulio, que exhalaba un aliento ardiente. Su rostro se sonrojó y su corazón comenzó a latir más rápido:—¡Braulio, tú... tú no hagas esto! ¡Quita tu mano! Braulio presionó el cuerpo suave y lleno de curvas de Mónica bajo el suyo, sintiendo cómo su sangre comenzaba a hervir mientras inhalaba el sutil aroma de ella. Casi no pudo controlarse. Al escuchar sus palabras de advertencia, miró hacia abajo y se dio cuenta de que, inconscientemente, había puesto su mano sobre el pecho de Mónica. De inmediato sintió como si una corriente eléctrica lo recorriera y le dio un leve apretón. El cuerpo de Mónica se puso rígido. Braulio esbozó una sonrisa mientras lentamente se levantaba. Aunque l