Capítulo 227

Braulio iba conduciendo y, con calma, preguntó:—¿No confías en mí? Mónica se quedó perpleja y luego negó con la cabeza:—No es que no confíe, estoy un poco aturdida, como si hubiera visto que te peleaste con Ezequiel. Lo derribaste de un solo golpe. Tal vez estoy alucinando. Eres médico, no podrías ser tan fuerte. Braulio no quería meterse en problemas, especialmente con algo tan grave como matar a alguien. Incluso con Mónica, prefería ocultarlo. Continuó conduciendo de regreso. En el asiento trasero, Sara ya había abierto los ojos y, al escuchar las palabras de Mónica, una chispa de sorpresa pasó por su mirada. Mónica no estaba alucinando; seguramente lo había visto de verdad. Ella había presenciado las habilidades de Braulio antes; era muy fuerte. Pero ahora se daba cuenta de que Braulio era aún más formidable de lo que imaginaba. Cada vez lo encontraba más enigmático, como si guardara muchos secretos. A primera vista parecía una persona común, pero cuanto más lo conocía. Más descubr