Capítulo 239

Braulio murmuró:—Soy médico de medicina tradicional, y ellos también lo son. Vine a intercambiar conocimientos. ¿Medicina tradicional? El hombre ya había bajado al primer piso, se detuvo y miró a Braulio, que estaba en las escaleras: —¿Eres médico de medicina tradicional y... ¿aún sigues atendiendo pacientes? Braulio negó con la cabeza. Ahora trabajaba como chofer de Mónica, y practicar medicina era solo algo ocasional; en sentido estricto, poseía las técnicas de la medicina tradicional. No se consideraba realmente un médico en activo. Sin querer ocultarlo, reveló directamente su situación:—Ahora soy chofer. El hombre mostró una sonrisa extraña, cargada de amargura y resignación:—En realidad, yo también fui médico de medicina tradicional, pero ahora soy un loco. Tras decir esto, guardó silencio y luego miró a Braulio:—Mi padre se llama Basilio, y yo me llamo Flavio. Dime, ¿qué necesitas de mí? Pero te advierto, si mi padre te debe dinero, mejor ni lo menciones, porque no puedo pagarlo.