Capítulo 358

Salvador levantó ligeramente la barbilla, con una mirada siempre cargada de desdén y burla, sus ojos tan fríos como si estuviera mirando a una hormiga. Movió ligeramente la cabeza y dijo:—Mi fuerza no se puede expresar con palabras. Si realmente quieres verla, prepárate para morir. Braulio, al no conseguir obtener más información, perdió el interés en continuar la conversación. Con una mirada afilada, fijó sus ojos en Salvador y le respondió:—¿Y tú? ¿Estás preparado para morir? ¿Qué dices? Salvador miró a Braulio, sorprendido. Era la primera vez que veía a alguien hablarle de esa manera. Pensó que había escuchado mal. Luego se levantó:—Chico, pensé que si lograste conquistar a Mónica, todavía tenías algo de cerebro. Resulta que eres un tonto. Si te atreves a hablarme así, tendrás que pagar las consecuencias. ¡Vengan, rompan sus piernas y tírenlo al Río Azul para que los peces se lo coman! En cuanto terminó de hablar, Dos personas saltaron repentinamente desde un la