Capítulo 31

—¿Tú... qué quieres hacer? ¡Yo no te he golpeado! ¡Ellas fueron las que me atacaron! Carmen, asustada por la mirada de María, se levantó rápidamente del sofá, retrocediendo temblorosamente. Su voz cambió de tono al instante. —¡Te advierto! ¡Soy la esposa que Alejandro va a traer pronto a su casa! ¡Si te atreves a tocarme ni un solo cabello... él hará que tu familia se desvanezca sin dejar rastro! Los pasos de María no se detuvieron en lo más mínimo. Desde debajo de su máscara, una ligera y baja risa emergió. —¿Toda la familia? —Señorita Carmen, ¿es posible que yo no tenga familia? —Por lo tanto, tus amenazas no me afectan. Se detuvo frente a Carmen, levantó la mano, y su puño cargado de fuerza estaba a punto de caer... —¡Bang! Un golpe sordo resonó, seguido de un intenso dolor que impactó fuertemente en la espalda de María. El cuerpo de María tembló inesperadamente y giró rápidamente. Al volverse, sus pupilas se estrecharon ligeramente debajo de la máscara. Vio a Javier a unos pasos de