Capítulo 45

Carmen respondió entrecortadamente: —Los detalles no los recuerdo bien. Hace catorce años sobreviví al incendio del orfanato, pero una piedra me golpeó en la cabeza, lo que me provocó cierta amnesia... —Aunque no lo recuerde con claridad, siempre he guardado gratitud hacia el orfanato. También quiero apoyar de alguna manera su reconstrucción. Carlos esbozó una sonrisa profunda y estaba a punto de preguntar algo más, cuando de repente una voz fría y cortante surgió desde detrás de la multitud. —Profesor Carlos, ¿todavía quiere preguntar algo? Que venga hacia mí. Al volverse hacia el sonido, los reporteros fueron apartados por un grupo de guardaespaldas. La figura imponente y helada de Alejandro avanzaba con paso firme. Carmen, como si hubiera encontrado a su salvador, apresuró el paso y se refugió en su abrazo, murmurando con voz quebrada: —Alejandro... Alejandro miró a Carmen, cuyos ojos estaban llenos de lágrimas, y la estrechó con más fuerza. Luego volvió su mirada hacia Carlos, y su