Capítulo 80

La respuesta que obtuvo fue el mismo silencio mortal. El contador de la bomba seguía avanzando. [00:03] [00:02] [00:01] En el último segundo, los números descendieron hasta alinearse en cero... En el interior del estrecho y opresivo pozo, la frente de María ya estaba empapada de sudor. Justo en el instante final, cuando el temporizador quedó completamente inmóvil, ¡clic! ¡Ella presionó el interruptor oculto dentro de la bomba y lo desactivó! En apenas esos dos minutos, había utilizado la base de datos integrada en el superchip para descifrar rápidamente el mecanismo de la bomba. Sin embargo, no sabía si era por el esfuerzo mental tan intenso en tan poco tiempo, sumado a la fiebre que arrastraba desde antes, pero cada vez se sentía más débil. Mientras tanto, afuera... A unos diez metros del borde del pozo donde se encontraba Alejandro, la multitud se había retirado. Solo Alejandro y dos guardaespaldas de absoluta confianza permanecían custodiando la entrada. Especialmente Alejandro, que