Capítulo 170

En ese momento, Víctor no tenía ánimo para ocuparse de Marco, mucho menos para discutir con él; solo deseaba obtener el perdón de Vicente y marcharse de allí lo más rápido posible, pues un paso en falso podría costarle la vida. —Señor Vicente, usted también escuchó; realmente no sabía que la persona a quien querían atacar era usted. Le pido que me dé una oportunidad, que me perdone esta vez. La mirada asesina de Vicente se suavizó poco a poco y dijo: —Has dañado los azulejos de mi casa; tendrás que pagar por ellos. —¡Acepto pagar! Solo dígame cuánto es y lo pagaré, con tal de que usted me perdone. Respondió Víctor de manera decidida. —¿Crees que necesito ese dinero?— cuestionó Vicente. —Entonces... ¿qué cree usted que debería hacer para compensarlo? Preguntó Víctor, visiblemente preocupado. Vicente reflexionó un momento y propuso: —Compénsame con una planta centenaria de Hierba de Dragón. Víctor, que conocía bien a Alberto, sabía que la Hierba de Dragón era un ingrediente medicinal muy