Capítulo 10

¡Era el polvo del colmillo de lobo! —Quiero compensarte, siempre que aceptes mis disculpas, te prometo que no volveré a molestarte. Ante su mirada sincera, extendí la mano lentamente. Cuando mis dedos rozaron el frasco, lo dejé caer a propósito. El frasco se rompió y el polvo se esparció por todas partes, como si también hubiera destruido el último rastro de esperanza en los ojos de Lucas. —¡No! Lucas gruñó en voz baja, con una voz llena de incredulidad y dolor. Se agachó para recoger los fragmentos esparcidos por el suelo, como si así pudiera recuperar algo. Pero sus movimientos me parecieron solo un esfuerzo en vano. Me quedé a un lado con indiferencia, sin el más mínimo cambio en la mirada. —¿Crees que el polvo hecho de colmillo de lobo puede compensar el daño que me causaste? —Lucas, ¿de veras no sabías que aquella noche de luna llena fui atacada por vampiros por salvarte? ¿Y qué hiciste? ¡Esperabas que yo hubiera muerto antes! —No es así... No se molestó en recoger el polvo del su