Capítulo 157

Nunca le preguntó a Lucille qué iba a hacer ni adónde iba. Todo lo que sabía era que si Lucille le pedía que hiciera algo, lo haría. Si no podía ayudar en nada, esperaría en casa obedientemente. Cuando Lucille bajó las escaleras, Culver la vio y le preguntó respetuosamente: "¿Va a salir, señora Collins? Déjame acompañarla". "No hay necesidad." Lucille inventó una excusa al azar. "Solo voy a comprar algo". Cuando salió de la villa para tomar un taxi, Lucille se dio cuenta de lo problemática que era su vida sin automóvil. Sin embargo, cuando recordó que solo le quedaban dos mil dólares, de inmediato desistió de la idea de comprar un auto. Tomó un taxi hasta la bulliciosa calle del centro. Entró en algunas tiendas y compró algunas pequeñas baratijas. Luego, actuó como si estuviera paseando y casualmente caminó hacia uno de los callejones. Cuando nadie la seguía ni le prestaba atención, Lucille se adentró en el callejón y encontró el número de la puerta de la dirección que le había dado su