Capítulo 27

El mensaje de texto fue enviado de forma exitosa. Lucille esbozó una sonrisa. "¿Te atreves a amenazarme? Já". Sebastian, al recibir la respuesta, se quedó boquiabierto. En ese momento, su viejo y arrugado rostro se tensó y se volvió sombrío. "¿Esta muchachita se atreve a amenazarme? ¿No le asustaban mis mensajes?", pensó. "¡M*ldición!", dijo por lo bajo. Sebastian tenía el semblante sombrío. Dio un golpe en la mesa y dijo con furia: "¡Quiero que presiones a la universidad para que expulsen a esta chica! Y, ¡denúnciala por hurto! Ya que se atreve a responderme, ¡pagará las consecuencias!" Entonces, el mayordomo le recordó con cautela: "Señor, ahora la chica está comprometida con el señor Joseph. ¿No deberíamos tener cuidado...?" "¿Por qué me debería dar miedo? Esta chica metió a mi hija a la cárcel. Es más, ¡merece que la maten por lo que hizo! ¿Y desde cuándo le importan las mujeres al señor Joseph? Es evidente que solo está jugando con ella". "Sí, señor". El mayordomo asintió y dijo: