Capítulo 384

A Lucille le divirtieron sus palabras. Era la primera vez que la testaruda Molly decía algo sobre tener miedo de alguien. Pensándolo bien, Hogan realmente no era una buena persona. Lucille acarició la cabeza de Molly y la consoló. "No tengas miedo. Estoy aquí". "Está bien..." Molly abrió la boca. Quería decir algo, pero al final se tragó las palabras y apoyó la cabeza en el hombro de Lucille como un cachorro con expresión lastimera. Lo que Molly no dijo fue que la última vez en el hospital, cuando el arrogante supervisor la miró ferozmente, era exactamente igual a la mirada fría que le dieron sus padres cuando la abandonaron. Molly no pudo evitar temblar y sintió frío por todas partes. Lucille lo notó y preguntó: "Molly, ¿qué pasa?" "Tu cabello todavía está mojado. Bobo. Ve y sécalo con secador. Ten cuidado de no resfriarte". Molly se puso de pie, pareciendo totalmente normal. "Me voy a volver a dormir. ¡Buenas noches, Bobo!" "Bueno." Lucille no pensó demasiado en eso. Cogió un secador