Capítulo 16

Patricia estaba frente a la puerta del apartamento de Sergio, viéndolo empujar su maleta adentro, aún con sudor en la frente. Desde que Patricia aceptó vivir con él, Sergio reorganizó el piso y dejó espacio para que ella se instalara. Esa misma mañana, para ayudarla con la mudanza, Sergio había faltado a clase y había ido a recogerla en carro. —De verdad, gracias. Dijo Patricia, conmovida al ver cómo Sergio hacía varios viajes cargando sus cosas. Sacó una toallita húmeda para secarle el sudor, y Sergio se quedó inmóvil por un instante. Luego, enderezándose, se secó la frente y le sonrió: —¿Cómo puedes ser tan formal conmigo? Entra y dime si te falta algo, vamos a comprarlo juntos. Patricia entró al apartamento, ya familiar para ella. El salón era amplio, con vistas a Lasbaris; había fresias en la mesa y estanterías vacías para sus cosas. Sergio lo tenía todo preparado para su llegada. Las orejas de Patricia se enrojecieron y sintió la garganta apretada. —Eres demasiado bueno conmigo, n